martes, 17 de julio de 2007

No es muy aventurado afirmar que si la vida social estuviera guiada más por razones de imparcialidad que por las malas razones de las meras creencias que conducen a la intolerancia, la historia del mundo no incluiría la enorme dosis de tragedia individual y colectiva que le caracteriza.
Ernesto Garzón Valdés.

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