lunes, 16 de julio de 2007

La tolerancia no puede existir sin un marco de principios cuya violación no puede ser tolerada. Ser tolerante no es lo mismo que ser distraído o indiferente. Quien pretenda practicar la tolerancia ha de saber que ello es imposible si no mantiene celosamente vigilado el coto vedado de lo no negociable. La tolerancia indiscriminada, la tolerancia pura, termina negándose a sí misma y en su versión más radical equivale a la eliminación de toda regulación del comportamiento humano.
Ernesto Garzón Valdés.

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