Del hecho de que existan diversas culturas no es posible inferir sin más que deban respetaqrse las respectivas normas morales de cada cultura no que esta diversidad sea valiosa. La historia abunda en ejemplos de formas colectivas de vida con respecto a las cuales resulta difícil encontrar argumentos morales que permitan concluir la necesidad de su conservación o promoción... Ningún punto de vista puramente cultural tiene, por el mero hecho de serlo, valor ético. No hay que confundir punto de vista cultural, con punto de vista moral...Tampoco es verdad que toda diversidad implique enriquecimiento moral... la repugnancia moral que provoca el quebrantamiento de derechos fundamentales al servicio de una tradición cultural cuya desaparición definitiva no me parecería lamentable.
Ernesto Garzón Valdés.