viernes, 21 de agosto de 2009

Si jugamos sin objetivos a largo plazo, nuestras decisiones se convierten en exclusivamente reactivas y nos vemos jugando el juego de nuestro oponente, no el nuestro. Mientras saltamos de una cosa nueva a la siguiente, acabamos por perder el rumbo, impelidos por lo que tenemos delante, en lugar de por los logros que necesitamos […] Antes de ser capaces de seguir una estrategia, sin embargo, hay que desarrollarla […] El estratega empieza con un objetivo para un futuro lejano y trabaja retrocediendo hasta el presente […] Los objetivos intermedios son esenciales. Son los ingredientes necesarios para crear las condiciones favorables para nuestra estrategia […] Demasiado a menudo señalamos un objetivo y nos dedicamos a él, sin tener en cuenta los pasos necesarios para alcanzarlo […] confiar en que el competidor cometa un error grave no es una estrategia viable […] Tener una meta y unos objetivos es el primer paso; mantenerlos y no perder el rumbo es el siguiente.

Garry Kasparov
Cómo la vida imita al ajedrez.
La diferencia entre el hombre y el animal es que el hombre es capaz de establecer prioridades.

Mijail Botvinnik
Citado por Garry Kasparov,
Cómo la vida imita al ajedrez.
Suelo pensar con mi propio cerebro; aunque un centenar de personas piensen de otra forma, ¡no me importa!

Mijail Botvinnik
Citado por Garry Kasparov,
Cómo la vida imita al ajedrez
No basta con tener talento. No basta con trabajar duro y estudiar hasta altas horas de la noche. Hay que ser, además, profundamente consciente de los métodos que te llevan a la toma de decisiones […] Conocerse a uno mismo es esencial para combinar tu sabiduría, experiencia y talento con un mayor rendimiento.

Garry Kasparov
Cómo la vida imita al ajedrez
Lo primero que nuestra actividad descubre de lo real es la terquedad con que se nos opone […] Las cosas que pueblan el mundo real insisten en permanecer idénticas a sí mismas, oponiéndose a la voluntad transformadora de la conciencia activa del hombre […] El hombre no puede dejar de enfrentarse a las cosas, porque así prueba que él no es cosa alguna.

Fernando Savater
Invitación a la Ética.
Llamo ética a la convicción revolucionaria y a la vez tradicionalmente humana de que no todo vale por igual, de que hay razones para preferir un tipo de actuación sobre otros, de que esas razones surgen precisamente de un núcleo no trascendente, sino inmanente al hombre y situado más allá del ámbito que la pura razón cubre.

Fernando Savater
Invitación a la Ética
El arte de argumentar se adquiere, es la mejor escuela de la democracia. Nuestro problema es que no argumentamos, estamos parados en los suburbios de la inteligencia. Frente a la indigencia del pensamiento en nuestro país, sólo presentamos desnudez y miseria. ¿Acaso la lógica es conciliable con la política? Quizá no hay hombres de Estado entre nosotros, quizá sólo hay pequeñas personas con pequeños cálculos a su altura, actores que no logran salir de sus papeles secundarios. Se acabó el Estado-padre, sólo quedan estados-madres que no amenazan a nadie, sino que seducen y amamantan; un sistema de matriarcado en política, ejercido por hombres que se comportan como nanas, que han sido escogidos por sus capacidades lecheras, sus pechos simbólicos. La nana es la figura central del sistema mexicano. Nuestro paisaje nacional está poblado de Ofelias, parece no haber un solo Hamlet. Tampoco basta con nombrar las causas del problema para que éste se resuelva; no basta con decir que la violencia encuentra su fuente en las injusticias sociales para que disminuya. Necesitamos que los culpables sean castigados, que el Estado dé prueba de su autoridad.

Ikram Antaki
El manual del ciudadano contemporáneo.
Comprender es un triste oficio. Expresarse libremente es un oficio con riesgos.

Ikram Antaki
El manual del ciudadano contemporáneo.
Así es la memoria, superpone en el mismo espacio recuerdos de tiempos distintos. No es una falsedad, es un pormenor trastocado […] Había algunos hechos borrosos, había detalles que no coincidían exactamente, pero así son la memoria y el olvido. Son los mentirosos quienes dicen recordar con precisión, sin cambiar nunca un ápice lo que recuerdan.

Héctor Abad Faciolince
Un poema en el bolsillo.
Letras Libres, agosto de 2009.