miércoles, 1 de octubre de 2008

Los hombres somos tan jóvenes como nuestra fe, tan viejos como nuestro escepticismo; somos tan jóvenes como nuestras esperanzas y tan viejos como nuestras desilusiones; somos tan jóvenes como nuestro ímpetu de acción y tan viejos como el espíritu de quietismo y de inercia.
Manuel Herrera y Lasso
Discurso

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