lunes, 22 de septiembre de 2008

Datos duros: A las 11 de la noche del 15 de septiembre de 1810 no ocurrió nada, absolutamente nada: el virreinato de la Nueva España (hoy México) durmió plácidamente. A las 7 o las 8 de la mañana del 16, el cura de Dolores, Miguel Hidalgo, repicó la campana de su iglesia para llamar a misa no sólo porque era domingo, sino porque estaba avisado de que la conjura independentista, que él y otros organizaban, había sido descubierta y era necesario adelantar vísperas.
Y las adelantó de la peor manera: al llamado a misa dominical llegaron feligreses[...]Toda historia patria es fantasiosa y debe simplificarse a los niños, pero la nuestra es patológicamente falsa. Desde ahí arrancan nuestros males presentes.
Luis González de Alba
Milenio, 22 de septiembre de 2008.

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