viernes, 14 de septiembre de 2007

El pudor de nuestras noches es el morbo del día siguiente...Hace unos días, en Tordecillas, España, fue cazado el Toro de la Vega. El animal enfrentó una multitud armada de lanzas hasta que hincó sus rodillas en tierra.

La cacería de un ídolo no es menos salvaje. Quien depende del público acaba por hacer lo que le exige, incluyendo la humillación involuntaria.


Juan Villoro.

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