jueves, 13 de octubre de 2011

¿Por dónde se nos coló la no reelección legislativa en México?

Sobre la prohibición a la reelección continua de legisladores establecida en el artículo 59 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos a partir de la reforma efectuada en 1932, en la Cámara de Diputados, integrada entonces en forma exclusiva por legisladores del Partido Nacional Revolucionario (actual PRI) el 16 de noviembre de 1932 se suscitó el debate en relación con la iniciativa formulada por el Comité Ejecutivo Nacional de dicho partido, mediante la cual se proponía prohibir la reelección legislativa, tema que hoy nuevamente se discute.

Transcribo a continuación algunos fragmentos relevantes de dicho proceso legislativo:

1. En la iniciativa en cuestión se dijo que: “La Convención Nacional del Partido Nacional Revolucionario, que se celebró en la ciudad de Aguascalientes, los días 30 y 31 de octubre próximo pasado, aprobó la incorporación del postulado revolucionario de la no reelección a la declaración de principios de esta institución política en los términos de las siguientes conclusiones:

Quinta. Los senadores y diputados al Congreso de la Unión no podrán ser reelectos para el periodo inmediato…”

2. En el debate parlamentario, el diputado Ezequiel Padilla señaló lo siguiente:

“ Con estas reformas vamos a poner cortapisas a la voluntad del pueblo; con estas reformas vamos a vulnerar uno de los sistemas más certeros que tiene el pueblo para revisar la actitud de sus representantes en el Parlamento, enviando, reeligiendo a aquellos que representan aún su opinión o rechazando a los que ya no la representan; pero era necesario eso: un sacrificio hecho a la doctrina constitucional que será transitorio, porque no es posible violar perennemente lo que es la esencia de sabiduría constitucional…

3. El diputado Gonzalo Bautista dijo:

“Es necesario que con todo el respeto que debe merecer a los miembros del Partido Nacional Revolucionario la proposición presentada por nuestro instituto, expresemos con toda libertad cuál es el alcance de las nuevas disposiciones constitucionales, para poder deducir de ellas si se mantiene el equilibrio dentro de los distintos Poderes del país, o en alguna forma puede quedar roto ese equilibrio. De tal manera debe ser tan fuerte en nosotros esta preocupación, que al venir a esta tribuna debemos aportar, más que argumentos en contra de la ponencia del partido, consideraciones especiales sobre las consecuencias que pueda determinar la aprobación de la Reforma Constitucional propuesta, para encontrar los medios de evitar el peligroso desequilibrio de los poderes en nuestro país.

Las distintas reformas constitucionales relativas a la organización del Poder público, han venido determinando invariablemente una depresión de las fuerzas del Poder Legislativo. Juzgo que algunas de las disposiciones contenidas en la ponencia del partido pueden, todavía más, disminuir esta fuerza de la Cámara de Diputados, y más que de la Cámara de Diputados, del Congreso de la Unión…

Hay distintas reformas: primero la disminución del número de periodos de sesiones del Poder Legislativo, pues ya se sabe que la Constitución actual los reduce a uno solo; después, la segunda reforma, disminuyendo el número de diputados y haciendo menos efectiva y menos real la representación popular; más tarde, la reforma de la no reelección de los miembros del Poder Legislativo, reduciendo también la fuerza del Parlamento, quiérase o no.”

4. El diputado Carlos Darío Ojeda afirmó:

“La delegación veracruzana a la Convención de Aguascalientes[1], señor licenciado Ezequiel Padilla, así lo dijo, así lo sostuvo, y en su tesis fundamental, recibió el apoyo de toda la Asamblea y, no solamente esto, sino el aplauso y la felicitación por sus propósitos. ¿Qué quería la delegación veracruzana? Únicamente que ya que por la disciplina, señor licenciado, por esa férrea disciplina que existe en nuestro partido, íbamos a aceptar el suicidio colectivo de los revolucionarios aquí reunidos, y ya que por esa disciplina iba a existir una autofagia, fuera con provecho para la nación, y antes que responder al grito político de la no reelección, respondiera nuestro partido organizándose, proponiendo para el efecto el estudio del ideario de la Revolución…

Pero la disciplina, señor licenciado, nos hace venir aquí como soldados, como aquellos que reciben una orden y se están en medio de granizadas de balas, de una tempestad de metralla, firmes en sus puestos… nosotros sí vamos detrás de un hombre fuerte, que representa en este momento a la patria, porque es un hombre que positivamente tiene todos los valores morales, todos los corazones y las voluntades nacionales dentro de su corazón: el general Calles.

Nosotros sí vamos en este momento de angustia y desconcierto, siguiendo la luminosa figura de ese hombre, que es la única luz que se extiende en medio de la negrura y del pavor nacionales. ¿Por qué no hemos de seguir a ese hombre? ¿Por qué no vamos a seguir sus luces? ¿Por qué no vamos a darle toda la fuerza que tiene? Eso sería punto menos que imposible, a pesar de todas las filosofías…”



[1] Autora de la propuesta prohibitiva de la reelección legislativa ante la Convención Nacional del PNR.

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